19 may 2010

LA EXPERIENCIA COMO ALIMENTO

A nuestro retorno de Lima - Perú, llegamos cargados de una inmensidad de ideas, imágenes, relaciones, amistades, esperiencias, sueños. Como nunca antes, adquiere vigencia el pasaje de la obra de Ciro Alegría (coincidentemente peruano) "El mundo es ancho y ajeno", que relata la incertidumbre que había causado en la comunidad la madurez prematura del trigo.... donde perder toda la cosecha era el riesgo... pero, uno de los personajes sugiere su ciega.... dudas, contradicciones, polémica.... el final será victorioso.... se salvará la cosecha....
Noches después, la comunidad se preguntará ¿de donde pudo saber éste hombre que la solución salvadora sería esa? .... lo había visto en otra comunidad, cuando le tocó hacer su servicio militar.
Desde una perspectiva, ese es el valor de la experiencia; nos otorga elementos que podrán activarse en momentos de urgencia. Por otra parte, la experiencia nos permite adelantarnos a los hechos, generar procesos, probar lo que no habíamos siquiera pensado. Por ejemplo, un evento impulsado por toda una comunidad vecinal... el arte como belleza que integra, motiva, compromete a cada vecino, genera un sentido de pertenencia, de orgullo.
La vivencia (en este caso convivencia), tiene también la virtud de acercarnos a los semejantes (en este caso, de otras geografías), descubrir que en cada rincon del planeta existen seres iluminados. Marco, Jorge, Janet, Carlitos, Laura... catalizadores de una fuerza popular que viene de adentro, del alma, de los siglos, de la memoria.
La experiencia en FITECA nos dió un revés. El Perú prejuiciado que inocularon en nuestras mentes los famosos "medios", no es tal... es un pueblo bello y mas cercano a nosotros de lo que pensamos. El querido Perú nos interpeló con mil desafíos... nos cargó las pilas para seguir apostando al arte como camino para ser colectivamente mas humanos.

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