26 jul 2012

NEGLIGENCIA: siempre es posible estar peor

ACTO DE FE

VACIO. El título dá alguna pista de lo que acá estaba escrito. Con plena conciencia de lo que ello significa, hemos decidido retirar la nota de éste espacio... "En algo hay que creer y queremos volver a creer en la palabra empeñada". Títeres Elwaky - Colectivo Katari

1 comentario:

Carlos el Narrador dijo...

Hola Elwaky

"Las cosas están mal, pero todavía estamos a tiempo para que se pongan peor" Es la frase de su compañero Malaquito. Frase de mucha verdad, especialmente por lo que nos relatan en esta su entrada.

Pasaron ya los tiempos, en que había la honra de la palabra empeñada. Vamos aprendiendo que es iluso creer en los compromisos que asumen los funcionarios, sean estos nombrados o elegidos por votación.

De seguro muchos de esos funcionarios en sus casas, dicen a sus hijos que deben proceder de acuerdo a valores y que nunca deben mentir. Nada más hueco que ese mensaje en sus labios. Ni ellos mismos se lo creen.

Si, ustedes dicen bien. Es un crimen contra la esperanza. Un crimen contra la fe. Pero esta terca como es, "recogerá las pilchas" y continuará su caminar, y avanzará, así sea a contraelviento.

Hace seis años fui al FITECA por primera vez. Las calles que rodeaban a "losa" del escenario, que en Perú llamamos cancha, estaban sin pavimentar. Tierra y cascajo era lo que cubría la pendiente, por allí avanzaba la comparsa en el día de la inauguración. Malabaristas, zanqueros, teatristas y por supuesto titiriteros marchaban por el arte.

Yo estaba sentado en una gradería e iba aplaudiendo a los diversos grupos que llegaban a la cancha. Arribó a la cancha un gigantesco dragón hecho de cartón. En la boca del dragón, iba un niño en silla de ruedas. El así participaba en el FITECA. Todas las graderías aplaudieron con mas energía que el que brindaron a los otros participantes.

De pronto, vi que se alzaba el faldón del dragón y de dentro dos niños sacaban la cabeza para mirar los aplausos. Esos niños, eran los que empuejaban la silla de ruedas. Empujar una silla en una pendiente e dificil, mas todavía si la vía está llena de tierra y cascajo. Yo miré a esos niños, que a pesar del esfuerzo reían. Las lágrimas me nublaron, pero creo nunca estuve mas contento que en esa tarde. Esos niños, empujaban la vida y avanzaban, así sea a contraelviento.

Perdón por lo que siempre escribo amigos de Elwaky. Es el entusiasmo el que me invita a participar como seguidor de su blog. Pero es también la admiración que me despierta su terca persistencia en recoger las pilchas y caminar.

Saludos