Pareciera cierto que sólo los títeres corren aventuras y les suceden cosas, las mas raras... las más insólitas... aquellas que sólo podrían sucederles a los muñecos al influjo de sus manipuladores; pero no siempre es así.
Quizá sean mayores las aventuras de los titiriteros, tal vez no tan finamente hilvanadas ni tan estudiadas en sus textos y movimientos... por lo mismo, más ridículas y dignas de compasión.
Ojo que hablamos sólo de los artístas titiriteros, de los de retablo, de los del día a día, de los que eligieron la aventura de contar aventuras a los que quieran escucharlas. No hablamos de los dueños de vidas y haciendas, reyezuelos de pacotilla, "dueños de la verdad bastarda" que tiende sus hilos desde los medios de comunicación. . . indignos manipuladores de sueños.
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