Grober
Loredo Olivares
Diagnóstico de este arte / información sobre el II Concurso Municipal de Títeres de Cochabamba / Propuestas.
El año 2011, la revista MOIN MOIN del Brasil
dedicó su Nº 11 a los títeres en América Latina y nos invitó para comentar el panorama de esta expresión artística en nuestro país. Con ese
compromiso intentamos un primer acercamiento a
los títeres en la historia de Bolivia y su práctica en la actualidad: los
elencos, compañías y solistas; las edades de los titiriteros, frecuencia y
número de presentaciones anuales, repertorio, escenarios, mercado, eventos y
otros. Las notas que se comparten a continuación surgen de la especulación,
análisis y/o la reflexión sobre dichos insumos... y alguna que otra
consecuencia.
¿Son tantos como
parecen ?
De cada diez personas, cinco declaran haber
visto un espectáculo de títeres en su vida, lo que da a entender que en nuestro
medio existieron y existen un gran número de solistas, grupos o dúos
titiriteros, actividades permanentes, espacios dedicados con exclusividad,
concursos y festivales. ¿Dónde? ...En fiestas de cumpleaños.
Es delicado hablar de la diferencia entre los
títeres como expresión teatral, y el ejercicio ligado a la animación de
eventos infantiles, a pesar de que pueden cruzarse. Pero seamos polémicos...
La primera (expresión teatral) se sostiene primordialmente en una estructura dramática en la que se desenvuelven los personajes; su particularidad principal son los objetos (títeres) que reciben la transferencia de los actores que les dan vida o animan. Si bien en las fiestas infantiles el objetivo es la entretención (y esto tienen en común ambas), lo que se ve en ellas suelen más ser números de animación en los que la historia es algo secundario y puede adolecer de baches en cuanto a definición de personajes, precisión de su interpretación, trabajo y consistencia de la historia que se comparte.
La primera (expresión teatral) se sostiene primordialmente en una estructura dramática en la que se desenvuelven los personajes; su particularidad principal son los objetos (títeres) que reciben la transferencia de los actores que les dan vida o animan. Si bien en las fiestas infantiles el objetivo es la entretención (y esto tienen en común ambas), lo que se ve en ellas suelen más ser números de animación en los que la historia es algo secundario y puede adolecer de baches en cuanto a definición de personajes, precisión de su interpretación, trabajo y consistencia de la historia que se comparte.
Los titiriteros
son titiriteros por siempre
A mediados de los años 90 de siglo pasado, el
entonces Vice Ministerio de Cultura aplicó una encuesta, como parte de una
investigación/diagnóstico (que no fue concluida) sobre el estado de distintas
expresiones artísticas. Sobre los títeres,
dos datos llaman la atención:
·
No todos los titiriteros realizaron presentaciones durante el último
año, los últimos dos años… e inclusive, en los tres últimos años.
·
Los grupos activos declaran haber realizado entre 1 y 14 funciones
durante el último año.
Es muy poético decir que "aunque hayas realizado sólo una función en tu vida, siempre serás titiritero", sin embargo creemos que este -como cualquier otro oficio- se puede olvidar y realizar mediocremente.
Es muy poético decir que "aunque hayas realizado sólo una función en tu vida, siempre serás titiritero", sin embargo creemos que este -como cualquier otro oficio- se puede olvidar y realizar mediocremente.
Las personas
pasan, los elencos también
En los títeres nacionales es poco común encontrar elencos con componentes de segunda o
tercera generación; que persistan a pesar de la ausencia del fundador. Hemos visto tres
modelos de conformación:
a) Los solistas: director, actor y realizador (constructor de títeres)
al mismo tiempo.
b) Grupos que -conformados por
varias personas- se van desmantelando a medida que sus componentes van
sentando cabeza.
c) Grupos con un director/líder, y componentes eventuales, colaboradores
o amigos.
En los tres casos el grupo deja de existir ante la ausencia del líder/fundador. Cada nueva generación que pretenda
practicar títeres… deberá comenzar de cero, casi inventar el agua tibia. Quién
sabe si ésta es la característica que explica -en parte- la poco asentada
tradición titiritera en nuestro país.
Un concurso underground
Un concurso underground
Del 14 al 16 de octubre de este 2015 se
llevaron a cabo las presentaciones públicas de los trabajos seleccionados del II Concurso Municipal de Títeres, convocado por la Secretaría de
Cultura de Cochabamba. Esta versión tuvo como ganadores a: “Mauro”
(Escuela Municipal de Artes de El Alto – La Paz), “El burlador burlado”
(Trapitos y botones - Cochabamba) y “Secretos del
jardín” (Títeres Elwaky - Cochabamba).
Al margen de ésta nota, el lector no
encontrará registro alguno de este evento. Por tanto, quede éste como
constancia que los títeres existen.
Para modificar la
realidad: una de varias acciones necesarias
La idea de llevar a cabo un Concurso
Municipal de Títeres pretende consolidar la práctica de ésta expresión
artística, promoviendo la emergencia de una nueva generación de artistas (actores
menores de 30 años de edad).
El diseño integral del Concurso comprende: 1) la selección de un número limitado de elencos, en base al video de las obras postulantes; 2) la realización de una muestra artística –con los elencos seleccionados- en formato festival, donde el público y jurado pueden apreciar de manera directa los trabajos seleccionados y determinar las diferentes menciones y premios para los grupos; 3) la realización –al cabo de cada presentación- de talleres de desmontaje de las obras y asesoría respecto a todos los aspectos de cada uno de los trabajos.
El concurso tiene su origen en 2013, en el marco de la “elaboración participativa” del Plan Operativo Anual 2014 de la entonces Oficialía Superior de Cultura, donde se dio curso a la propuesta de Títeres Elwaky. La primera versión del concurso aplicó de manera estricta el modelo propuesto.
El diseño integral del Concurso comprende: 1) la selección de un número limitado de elencos, en base al video de las obras postulantes; 2) la realización de una muestra artística –con los elencos seleccionados- en formato festival, donde el público y jurado pueden apreciar de manera directa los trabajos seleccionados y determinar las diferentes menciones y premios para los grupos; 3) la realización –al cabo de cada presentación- de talleres de desmontaje de las obras y asesoría respecto a todos los aspectos de cada uno de los trabajos.
El concurso tiene su origen en 2013, en el marco de la “elaboración participativa” del Plan Operativo Anual 2014 de la entonces Oficialía Superior de Cultura, donde se dio curso a la propuesta de Títeres Elwaky. La primera versión del concurso aplicó de manera estricta el modelo propuesto.
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